Este último sábado, el frío, la lluvia, ni la nieve paró a los amantes del Blues para festejar su día. Lo hicieron sobre el escenario disfrutando junto con los asistentes cada acorde salido de sus instrumentos, pero también con sus cuerpos hablando por el gusto de compartir semejante celebración. Es que los ritmos provocados por estos virtuosos músicos locales hicieron que el frío externo e interno de la sala se dejara a un lado y el calor del blues se proyectara sobre la sala, invadiendo a cada uno de nosotros testigos no tan ajenos de lo que ocurría allí sobre el escenario.
El gran mentor de lo sucedido en nuestra ciudad es quien lleva la batuta en la banda El Alambique, Santiago Azar quien hace tres años se embarcó en esta gran patriada para que estos lares sureños no queden fuera de lo que desde el 2011 pasa en todo el mundo. Es que en agosto de ese año, Johnny Childs, un reconocido guitarrista y compositor de blues convocó a los amantes de este género musical, que sumaron más de 15 mil, e hizo circular una petición para designar oficialmente el primer sábado de agosto (de cada año) como el Día Internacional de Blues.
El objetivo, según determinaba el manifiesto fue "para celebrar, promover y preservar el rico legado, la tradición y el futuro de la gran forma de arte americano y el idioma internacional conocido como la música Blues" y, agregó "en su papel diplomático de unir a las personas en todos los rincones del mundo"
Hoy en día, Johnny Child preside la Sociedad de Blues de Nueva York y dirige la Organización IBMD (INTERNACIONAL BLUES MUSIC DAY), principal organización sin fines de lucro encargada de la planificación, promoción y producción de esta celebración anual.
Aquí en Bariloche picó muy fuerte en la mano de Santiago Azar, quien en el 2013 organizó la primera edición de este particular día de homenaje a la música afro-americana en Estación Araucanía, inaugurando un ciclo que pediría cada vez más lugar para alojar a los fanáticos del blues. Por eso que, para la segunda y tercera edición, la jugada fue mayor con el Teatro La Baita, que a pesar que la sala se achica a través de cortinados cuando se espera no llenar la totalidad de las 600 butacas, el espacio asignado (y mayor que otras veces) para el sábado casi queda chico ante la demanda del público que no quiso estar ausente en esta gran cita.
La camaradería fue lo que definió lo de este sábado. Como anfitriones estuvieron Los Alambiques en su conformación actual con Santiago Azar en guitarra, y además, fundador de este proyecto nacido en el año 2000, y creador de la mayoría de las letras de las canciones de la banda. Verónica Gil, la responsable de poner la voz, -y totalmente privilegiada voz – que reveló el lugar de inspiración de su compañero diciendo "son historias nacidas en esos 5 km que Santiago hace en bicicleta desde su casa a su trabajo, y que reflejan lo cotidiano con mucho humor". Los que restan son Marcelo Fayer en guitarra, Nahuel Iglesias en bajo, Juan Manuel Zito en batería, Marco Giupponi en saxo tenor, y Lisandro Gambini en saxo alto.
Con esa base fueron pasando los invitados de lujo de la noche que no solo convocó a eximios músicos, sino que abrió el abanico a otras expresiones como el baile con la presentación de Mónica Vega, Paio, Verónica Cutillo y Valeria Nassif, quienes pusieron movimiento a los acordes en algunos de los temas. Los organizadores del evento ya anunciaron que para el año que viene tienen la intención de integrar al teatro a este gran festejo, una gran noticia y desafío también.
No hubo privación de nada, dejaron su estela sobre el escenario Alejandro Otsubo en bandoneón, Raúl Carrasco en bajo, Daniel Besteiro en flauta y saxo soprano, Gabo Rascován en tabla de lavar, Remo Bianco en saxo, Chavo Bergés en teclados, Martín "Carucha" Gimenez en guitarrra (y para esta cronista un descubrimiento de su voz, ya que hasta esa noche conocíamos sus virtudes con las cuerdas), Gustavo Cymet en guitarra, Pablo Zalazar en batería y voz, Toto Straface en contrabajo, Federico Formoso en voz, armónica y guitarra, y un apartado para las voces de la noche, además de la anfitriona Verónica Gil, dieron su encanto Fanny Boock, Caro Gimenez, Sofía Salomé Miloni y Alex Rodriguez, cada una con su particular interpretación, pero que dieron ese toque de distinción a la noche del blues. La apertura también estuvo a cargo de una mujer, locutora y conductora, Natalia Calderon, quien invitó al auditorio a introducirse en esa magia que estaba por comenzar esa gran noche.
Una gran movida bluesera en Bariloche, por aquí pasaron algunos de los tantos talentos con los que cuenta la ciudad, y como destacara Azar al momento de presentar a sus colegas, y que en reiteradas veces mencionáramos desde este portal con el honor de poder reflejar a semejantes artistas que habitan y giran por estos lados, y que deciden ser parte de esta geografía. Ahora conocés parte, la próxima tenés que estar presente y conocerlos en su mejor estado, tocando en vivo sobre un escenario.
Algo sobre los organizadores... para que vayas agendando
El Alambique nace en febrero del año 2000, un proyecto de Santiago Azar, con la intención de ser una banda de blues clásico, especialmente a un repertorio seleccionado de los años '50 (Muddy Waters, Albert King, B.B.King, Howlin' Wolf,etc) y algunos temas de composición propia que databan del año 1996, cuando formaba parte del génesis de otra banda de blues rock (La 69).
Con el tiempo la banda fue incursionando en otros estilos de música afroamericana, abordados desde la óptica del blues, sumando una gran parte de composiciones propias, con letras netamente humorísticas que es su sello distintivo desde su origen.